La jornada de ayer dejó huella en Fuentenebro. La III Feria de la Uva fue un rotundo éxito, marcada por la excelente participación, el ambiente festivo y el compromiso de un pueblo que vive y siente la uva como parte esencial de su identidad. Desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche, Fuentenebro vibró con actividades que atrajeron tanto a vecinos como a visitantes llegados desde distintos rincones de la Ribera del Duero y más allá.
Queremos comenzar este artículo con un profundo agradecimiento a todos los colaboradores que hicieron posible esta jornada tan especial: Altos del Enebro, La Milagrosa, Linaje Garsea, Maeste, Milsetentayseis, Pago de Los Capellanes, San Gabriel, Tomás Postigo, Vetusta, Vitulia, Yllera, Come y Cata, Restaurante el rincón del Pasado, Cerveza Mica, la Diputación de Burgos, A950, el Ayuntamiento de Fuentenebro. Sin olvidar a los viticultores y amantes del vino, que con su pasión ayudaron a crear un ambiente auténtico, animado y lleno de sonrisas.
Pero si hay que destacar un motor imprescindible del éxito, ha sido, sin duda, el trabajo incansable de los socios y socias de la Asociación de Amigos del Alforjillas, junto con otros voluntarios, que trabajaron sin descanso durante toda la jornada para que todo saliera perfecto. Su entrega, organización y energía merecen el mayor de los aplausos.
La mañana comenzó con fuerza. Los puestos de vino estuvieron perfectamente diseñados, con una presentación cuidada que identificaba claramente a cada bodega. La organización fue impecable, con la colaboración de numerosos voluntarios que se encargaron de que todo fluyera con agilidad y cercanía y que todos pudieran disfrutar plenamente de los vinos de altura de Fuentenebro.
La gestión de tickets, a pesar de la gran afluencia de público, fue ejemplar. Gracias a un equipo bien organizado, se mantuvo el control y el buen humor durante toda la jornada, facilitando que todo el mundo pudiera acceder a los vinos y pinchos. Estos últimos, por cierto, destacaron por su excelente calidad, elaborados con esmero y servidos con una coordinación impecable. Todo el mundo pudo disfrutar de ellos con satisfacción, y celebrando nuestra gastronomía.
Todo ello estuvo amenizado por la música tradicional de los dulzaineros de Magerit, que junto al siempre sorprendente DJ Toyota, crearon una atmósfera alegre y festiva desde el primer momento.
Uno de los momentos más esperados llegó a mediodía, cuando Begoña, del Restaurante El Rincón del Pasado, preparó una espectacular paella para 250 personas que desapareció en un abrir y cerrar de ojos gracias a la ayuda de varios voluntarios que ayudaron en el servicio. Un manjar que congregó a todos en torno a la mesa y contribuyó a reforzar ese ambiente de convivencia que define a nuestra feria.
Ya por la tarde, el vino volvió a ser protagonista con cuatro catas en lugares emblemáticos del pueblo y perfectamente organizadas. La respuesta fue tan grande que hubo que realizar un sorteo de plazas para poder asistir. Todas ellas contaron con ponentes de primer nivel y grandes vinos. Las catas se realizaron en espacios cedidos generosamente por Nacho y Estefanía de Entreviñedos, Begoña del Rincón del Pasado y Carmen Delgado y Carlos Pecharromán. Todos estos lugares ofrecieron un entorno que aportó su propia magia uniendo paisaje, historia y la pasión por el vino.
La noche trajo consigo ritmo y emoción con el concierto de la banda Toque Personal, que hizo vibrar al público con un recorrido por los grandes éxitos del pop y rock español. Cerró la jornada el incombustible DJ Toyota, que demostró, una vez más, su gran gusto musical y su habilidad en la mesa de mezclas, acompañando a los más resistentes hasta que el cuerpo dijo basta.
La III Feria de la Uva de Fuentenebro ha sido, sin duda, una celebración del vino, del pueblo y de la comunidad. Un ejemplo de lo que se puede lograr cuando hay ilusión, compromiso y colaboración.
¡Gracias a todos y todas por hacerlo posible!
Nos vemos el año que viene, con más vino, más música y más Fuentenebro.